Sin dudas, toda crisis implica reorganizarse y realizar ajustes, recortes de todo tipo. Sobre todo, en un caso excepcional como lo es esta pandemia mundial del covid-19, donde no distingue límites geográficos y sociales y ha generado una verdadera “democratización de la fragilidad”.

Pero ¡cuidado!, no todo es recortable. Es importante que como empresa y proyecto independiente tengamos la lucidez mental para entender la relevancia que tiene una buena comunicación en este contexto, claridad que nos permita verla como una inversión y nunca como un gasto prescindible. De ello dependerá como salga tu marca de la crisis: fortalecida o devastada.

Como regla general, nuestros públicos -tanto internos o externos- tienden a recordar cómo actuamos y comunicamos en tiempos de crisis, generando mayor confianza (reputación) o apatía.

También queremos remarcar que esa buena comunicación debe hacer base fundamentalmente en redes sociales, medios no tradicionales donde las personas pasan mayor parte de su tiempo diario, más aún con esta cuarentena obligatoria. Lo importante es que nuestra marca pueda generar contenidos de calidad y alto impacto que se destaquen ante tanta información basura que circula, que se propaga y que contagia como el propio coronavirus. A los usuarios en general, les recomendamos que analicen qué consumir en este contexto de sobreinformación, que tanto daño social causa.

Como dice Silvia Mann, comuniquemos para hacer comunidad, gestionemos el riesgo y demos respuestas para estar a la altura de las circunstancias.

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