Por Federico Chinellato

En este año 2023 se va a vivir una nueva fiesta de la democracia, aun así, se presenta un escenario muy revuelto e intrigante. Además de la renovación en el poder legislativo, en un sistema presidencialista como el nuestro es fundamental pensar en las elecciones a presidente.

 El 13 de agosto se abrirán los comicios con las PASO (primarias, abiertas, simultaneas, obligatorias), seguidamente el 22 de octubre se elegirá presidente y, en caso de segunda vuelta, se votará el 19 de noviembre.

Lo más llamativo de estos comicios, es la gran incertidumbre a la hora de pensar posibles candidatos presidenciables. Desde el oficialismo, los nombres que suenan al día de hoy son Eduardo de Pedro, Sergio Massa o la reelección del actual presidente, Alberto Fernández. En cuanto a la oposición, los nombres que se mencionan son el de Horacio Larreta, Patricia Bullrich e incluso el Diputado Nacional, Facundo Manes, entre otros. Por otra parte, el liberal Javier Milei, es el único candidato con una postura firme en cuanto a su postulación para las próximas elecciones presentándose a la sociedad como la tercera fuerza.

Actualmente, el contexto social se presenta con gran indiferencia ante los comicios, atravesado por una inflación 100% interanual, una economía hundida en la pobreza, el desempleo y la inseguridad, aspecto que no deja de preocupar a los argentinos. Otra cuestión que atraviesa a las elecciones, es la realidad latinoamericana, marcada por los últimos años donde ni un gobierno pudo obtener la reelección.

Por otro lado, no quiero dejar de lado a dos de las figuras más importantes de la política argentina, Mauricio Macri por la oposición y Cristina Kirchner por el oficialismo, quienes a mi parecer participarán de los comicios como grandes electores, o sea, que direccionarán o traccionarán un gran caudal de votos para sus respectivos candidatos.

La denominada “grieta”, ha sido en las últimas elecciones argentinas la llave para ganar los comicios, los argentinos estamos cansados de esta situación que nos ha llevado de crisis en crisis en estos años.

A mi parecer, las posturas moderadas serán las más llamativas debido a lo que mencionaba anteriormente, el país está cansado de la política y mucho más preocupado por las cuestiones económicas que ninguno de los bloques supo solucionar. Por lo tanto, la ocupación de los candidatos debería estar en lograr consensos reales que perduren en el tiempo para poder cambiar la situación del país, de una vez por todas.

Para cerrar, me gustaría analizar la posición de los dos grandes bloques para estas elecciones. En el Frente de Todos se vislumbra la peor elección histórica del peronismo en gran medida por la pésima administración del actual presidente Fernández, que a su vez a desprestigiado como nunca antes en la historia la investidura presidencial, no solo por la falta de decisión política si no por todo lo que genera la noción de que el poder no reside en su persona y si no en otras personalidades del espacio.

En el caso de Juntos por el Cambio, se ven como los ganadores indiscutidos y se presenta una batalla feroz por ocupar el lugar de candidato del espacio, lo que puede provocar un desgaste en los electores debido a la indefinición o incluso, llevar a la fragmentación dentro del bloque.

Después del análisis y observando lo que sucede en otros países de la región, me surge una última pregunta ¿estaremos en el fin del bipartidismo institucionalizado en la Argentina?

 

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