Marcelo Allassia colecciona monedas. De todo tipo, clase y valor, pero se especializa en monedas argentinas. Sueña con conseguir un patacón de 1881. Es apasionado y expresivo. Lo lleva en la sangre: es hijo de Eldo Allassia, que no necesita ninguna presentación en Sunchales.
Marcelo tiene la colección más ordenada que hasta el momento tuvimos la oportunidad de visitar.
Por: Cristian Malano.
Al entrar a su casa, uno observa cierta estructura que marca precedente. Al principio puede que parezca casualidad, pero siempre los hechos se conectan unos con otros y allí decanta el resultado: la colección de monedas de Marcelo está incompleta, pero ordenada.
Nos recibe con mucha alegría. Quizá haya esperado este encuentro desde hace algún tiempo, -por cierto, tenía su nombre anotado varias páginas atrás en mi agenda-. Guillermo olvidó el flash de su cámara y es bendecido con un ventanal por el que ingresa demasiada luz matinal.
Marcelo va y viene al depósito. A veces lo hace al trote. Lleva y trae pesados tomos de tapa dura que atesoran algunas de las piezas metálicas más antiguas de nuestra historia argentina. Todas en sus respectivos compartimentos de cartón y recubiertas con un nylon especial, libre de químicos y componentes que desgasten el metal.
“¿La colección es tuya o la empezó tu viejo?”, pregunto para dar el puntapié inicial.
– Esta sí, la empecé yo. Lo de mi viejo eran los diarios. Un día los voy a llevar a que conozcan todo lo que juntó. Mucho se fue al club Libertad y mucho quedó adentro de un ropero también. Bueno, lo que pueden ver en el museo del club es lo que tenía él en casa. Había empezado a reunir artículos en 1957”.
– Lo llevás en los genes.
– La pasión me la trasladó él, no quedan dudas.
Y lo demuestra a cada segundo que pasa. Las pequeñas corridas se repiten con frecuencia y enseguida la mesa está repleta de carpetas prolijamente foliadas, caratuladas y con código de catálogo. Una eminencia numismática.
Dicho sea de paso, ampliemos el vocabulario.
NUMISMÁTICA
Es la ciencia que estudia el conocimiento de las monedas y medallas, especialmente las antiguas. Tiene como característica que sirve como “fuente auxiliar” de la historia. Esta disciplina posee cuatro principales divisiones:
– Monedística: estudia las monedas propiamente dichas.
– Billetística: estudia el papel moneda.
– Medallística: estudia las medallas conmemorativas, religiosas y militares.
– Teserología: atiende las monedas emitidas por particulares.
– ¿Hace cuánto tiempo colecciónás? –el diálogo no conecta miradas, los tres estamos mirando hacia la mesa.
– 6 o 7 años. Se puede decir que soy un poco nuevo en el asunto, teniendo en cuenta que hay mucha gente ya grande que pasó su vida coleccionando. El banco maneja muchas de estas cosas. Se vende en la página web del Banco Central, todo lo que es conmemorativo y coleccionable. Uno puede comprar casi todo desde ahí. Hubo una época en que se cerraron las ventas por el tema del oro. La gente compraba las monedas porque muchas de ellas están acuñadas en oro, y en la balanza cotiza.
SOBRE SU COLECCIÓN
Marcelo se especializa en monedas argentinas con sus respectivas variantes: si el número es más chico, si la moneda tiene dos rayitas, o tres, o están cortadas, o tienen rotura de cuño, están mal hechas, si el sol tiene 19 rayos, o si tiene 21. Si el número “2” de los 25 centavos es un poco más chico que el “5”.
Es tal la magnitud de posibilidades y son tan ínfimas las diferencias entre una y otra, que uno, ajeno a aquel mundo, jamás se animaría siquiera a comenzar una colección del estilo. Lo curioso es que todo está catalogado. En fin, se traduce a la conducta del “me falta la más difícil”, y esas monedas por lo general son las más caras.
Como cuando chicos buscábamos completar el álbum de fútbol: al principio cada sobrecito que abrís es el número de figuritas que pegás en el papel, pero con el tiempo te empiezan a faltar las más difíciles, las más raras. Hay algunas monedas a las que se les catalogan más de 14 variantes. Son de curso legal, pero son conmemorativas, las hacen de colección.
Todo un mundo por descubrir.
– Lo que están viendo ahí son cincuenta centavos de patacón –continúa Marcelo, con tono grave-, eso es plata. El material, me refiero. Eso en valor monetario se traduce a varios cientos de pesos. Tengan bien en cuenta lo siguiente: en el mercado de las monedas, más allá de la rareza del objeto, el valor de compra o intercambio depende del estado de conservación de la moneda.
Nos muestra un catálogo de alta calidad gráfica que contiene información detallada sobre monedas argentinas. Cantidad acuñada y su precio de compra en relación a su estado. Allí nos enteramos que “sin circular” es la categoría de máxima calidad, son monedas (y billetes) en perfecto estado que se fabricaron, pero nunca ingresaron al mercado. ¿Cuál es el año clave? 1881, los metálicos más caros, por la escasísima cantidad que se acuñó.
– ¿Cuál es la moneda que te falta?
– El patacón, sin dudas. Es el elemento que aspira cualquier coleccionista de monedas.
– ¿Es tan complicado conseguirlo?
– No, no es difícil. Realmente, si buscás en el mercado, hay. El tema es… -levanta la mano y frota circularmente el dedo pulgar entre el índice y el medio. Dejo asentado en mi anotador buscar de cuánto estamos hablando-.
» Les muestro algo un poco más curioso. Esto se denomina blíster y es cómo se presenta la moneda para el protocolo. Viene con una pequeña descripción, algo de historia y la moneda como elemento sobresaliente. Tengo varios, son coleccionables, pero estas son más raras: monedas del período bizantino.
N. del E.: me marea sólo pensar que un romano de la Edad Media tocó la misma moneda que en aquel momento tenía entre mis dedos.
» El Banco Central vende las monedas, pero ustedes no se dan una idea del mercado que hay por fuera. Es increíble que todavía existan del estilo. Y las que están viendo están bastante gastadas, no valen tanto. Pero he visto que circulan algunas que uno no puede creer cómo es que aún se conservan después de tanto tiempo.
Obviamente, y esto tengo que marcarlo, que están las imitaciones, las copias, el complemento “trucho” que se ofrece. Por eso hay que ser por demás cuidadoso con lo que uno compra o canjea, siempre tener un ojo entrenado es tan valioso como lo que vas a pagar por el objeto.
Felicitaciones Tío!
Genial q seas feliz con lo q t apasiona! ❤